Una gran cita de una peli no tan buena

"Toda historia tiene un final, pero en la vida, cada final es un nuevo comienzo"
Una gran cita de una peli no tan buena ;-P


Soy una chica sencilla, normal por fuera hasta que me desvisto. He sido sometida a tres operaciones a causa de que una reducción de pecho saliese mal. Me siento mutilada y furiosa. Y espero que este blog me ayude a pasar página.

Todo lo que la gente no cuenta tras una mala experiencia en el quirófano, y que sigue ahí, al descubierto.

jueves, 29 de agosto de 2013

Comienzan los problemas

    ¡No hay nada como estar en casa! O eso creía yo...

    Mi madre había cogido vacaciones para poder estar conmigo y hacerme el día a día más fácil, ya que ni podía hacer el esfuerzo de levantarme de la cama. Todas las mañanas mi madre me hacía la cura por indicación del médico con betadine y ella misma, dijo: "Total, eso lo puede hacer usted misma", no nos dio ninguna alternativa. No sabíamos que un/a enfermero/a podía ir a tu casa y realizarla allí, no caímos en que esa alternativa existía. Nadie, ningún trabajador de la sanidad pública se digno a decir nada. El médico indicó a mi madre unas pocas pautas para realizar la cura: "con usar betadine es suficiente" y no puso ningún impedimento a que me duchara y mojase la herida, es más, dijo que era conveniente.

    En la primera cura, fue imposible despegar la gasa del pecho, se había quedado totalmente adherida y pensamos que la mejor solución era despegarla suavemente con agua en la ducha. ¡Qué sensación más desagradable! ¡Aún puedo sentirla al recordarlo! Sentir que la gasa que sujetas para que no ejerzca presión se va despegando.

    Además, mi madre se marea con la sangre, por lo que ni me imagino lo que tuvo que pasar la pobre haciéndome las curas. ¡Fueron unos sinvergüenzas! ¡No les costaba nada informarnos sobre la cura domiciliada que se podía concertar en el ambulatorio.

    Desde el primer día en casa sentí que las cosas no iban bien (o al menos, eso me parece ahora), tenía unas décimas de fiebre que fueron aumentando progresivamente. Soy de sangre bastante fría, suelo tener una temperatura de 35,5º sino por debajo, más baja de lo normal (36,5º) y con 38º estaba como si fuesen 40 o 42º.

    No es normal que la fiebre persista y es peligroso que lo haga tras una operación. Si aparece fiebre NO ES UNA BUENA SEÑAL, significa que hay infección. Al constatar que la fiebre no iba a menos mi madre se preocupó y llamó al ambulatorio para pedir que un médico viniese a echarme un vistazo. Los muy cabrones, ya que no se merecen otro nombre, me querían hacer subir al ambulatorio estando mareada, con fiebre, casi sin poder moverme y operada de hacía dos días!! Mi madre tuvo que insistir y ponerse borde para que mandaran a alguien. ¡Manda narices!

   Al final, y tras mucho insistir, nos vino una doctora o enfermera (yo creo que doctora porque no tenía ni idea de heridas). Para que ella pudiese hechar un vistazo me metí de nuevo en la ducha para quitarme las vendas. La mujer que me atendió me mandó tomar más antibióticos y nos recomendó que si la fiebre y el malestar persistían durante un par de días fuesemos sin falta a Urgencias.

    Al día siguiente seguía con fiebre, así que ya os podéis imaginar dónde acabé... ;-S


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